La Vecilla

Presentación

La Vecilla

La Vecilla

Tiene La Vecilla el encanto especial que solo algunos enclaves privilegiados son capaces de ofrecer. Sus razones exactas escapan a la definición, como es indefinible la sensación de bienestar que se experimenta bajo el ramaje de una ribera, en la canícula de agosto.Después de habernos demorado por la orografía de la cabecera del Curueño, donde escorzos gigantes golpean sin tregua la mirada, en el municipio de La Vecilla la grandiosidad cede paso a la dulzura. La suavidad de las laderas que se asoman al valle por el páramo alto, los verdes regadíos, una vainica de árboles y sebes vegetales entretejiendo el pie, el paso del Curueño ya río adulto que se desangra hacia Ambasaguas…. todo es cambiante como calidoscopio tocado por la luz.

Se llega a La Vecilla por cuatro puntos cardinales. La LE-311 nos acerca desde León, por el cruce de Robles, donde se toma la C-626, o vía transversal que une Guardo y La Magdalena. Si se viene del sur, es la LE-321, que entra en el municipio por Sopeña y La Cándana. Por el norte, el Curueño y La Calzada romana de Vegarada disputan a la ruta el paso del puerto. Es La Vecilla nudo de caminos, enriquecido por la vía férrea de la FEVE, el novelado Transcantábrico .
Esta envidiable situación, que toca cumbres casi con la punta de los dedos y refresca sus pies en el verdor de la ribera, le da esa gloria tan huidiza de definir. Por ello es elegido año tras año como lugar de veraneo de una colonia casi aristocrática, y solaz de escolares que hormiguean las márgenes del río.
La superficie del municipio es solamente de 44,2 k2. Agrupa cuatro pueblos, y tiene un censo de 292 habitantes. Pero estos datos de lo exiguo no nos deben llamar a engaño. En tan breves fronteras se da tal acumulación de realidades que se hace preciso citarlas solo en esquema, como un apunte de bellezas, que se contrapone a la cantidad.

De la extensión de las riberas y montes comunales

No se piense que el municipio de La Vecilla es territorio anclado al río. En los términos de sus cuatro pueblos se extienden ciertamente regadíos de varios cortes. Pero a medida que un tiralíneas invisible nos aleja de la corriente, el terreno se perfuma de montes de nombre antiguo, que pertenecen a sus pueblos, y por los que se litigió en el pasado muy duramente.
Así el de ´Bustifer´ hoy día de La Cándana, con 750 has., en disputa de siglos entre la familia de los Guzmanes y la Real Encartación de Curueño. (Véase, de nuevo, un quemado del monte, o ´busto´ , tan abundante aguas arriba ).

A La Cándana pertenecen asimismo los montes de ´La Cota´ y ´Casabe´, que alcanzan en conjunto 355 has..
Campohermoso tiene su monte de ´San Cibrián´, con 323 Has..
En Sopeña los términos tienen nombres de fácil evocación.
Así ´Los Valles´´Valdefreda´´Valdelafuente´ y ´Fonteña´ , que suman entre todos 1.025 Has.
Y La Vecilla el monte comunal de ´Carabedo´, que comparte con todos los pueblos circundantes, en sus 390 Has.
Nos hemos dado esta excursión por los parajes más excéntricos, para certificar que su estructura es ya característica de tierras llanas, páramo alto, donde los montes arrancan mismamente de la linde del río, ensayando suave vegetación de bosque bajo, que dulcifica toda la geografía del territorio.

El toque de la historia

Rio Curueño

Rio Curueño

Hay tanto que decir que pasaremos casi de puntillas. Diremos que su capital, La Vecilla, fue integrante de la Real Encartación de Curueño desde que hay noticia escrita, hasta su extinción, en pleno siglo XIX. De La Vecilla ampliaremos noticias en el capítulo de pueblos.

Campohermoso, La Cándana y Sopeña no pertenecieron a La Encartación, sino que – dentro de la Vicaría de Curueño, que es término eclesiástico – formaron parte del Concejo del ´Valle de Curueño´. Fue territorio de señorío civil de los Marqueses de Toral, de la famosa casa leonesa de los Guzmanes.

Los cuatro pueblos pasaron a ser municipio conjunto a partir de 1849, en la definitiva reorganización territorial de la Edad Moderna.
Un grupo de legajos y documentos encuadernados en piel de becerro, que conserva la Junta Vecinal de La Vecilla, aporta mucha luz sobre las vicisitudes del pasado en todo el territorio. Han sido ya estudiados y publicados en la crónica “La Real Encartación de Curueño“, de Ángel Fierro, a cuyo texto les remitimos.
Interesa, ante todo, referirnos a este pasado señorial de La Vecilla, para lo cual es necesario citar su casco antiguo, con casas blasonadas, y el torreón medieval del siglo XII. Reconstruido en el XIV, es una muestra de edificio civil de bella estampa, mucho más amplio que los bien conocidos de Lillo o el desaparecido de Lugueros, y ha sido declarado Bien de Interés Cultural. Últimamente había llegado a ser cárcel, pero en el pasado año 2.000 fue definitivamente restaurado, con lo que el pueblo se dotó de un espléndido marco para uso municipal, donde se instaló el Ayuntamiento.

De la nobleza de la zona, nos habla la perennidad de la piedra

Tres labras heráldicas hay en Campohermoso, dos en La Cándana (que representan a la Dama de Arintero ) y cuatro en La Vecilla. (Vean los interesados sus apellidos y armas en el volumen “Mancomunidad del Curueño. Historia, hidalguía y armería en piedra“, de Mª del Carmen Orejas).
Son solo brevísimos apuntes de cuanto hay que conocer en este territorio. El toque grácil de la historia.

La leyenda busca nombre a ríos y pueblos

No podemos dejar de mencionar a un noble caballero de la Casa de la Vecilla, que en el siglo XVI creó toda una saga montañesa, a la que tituló “El león de España“.
Editado en Salamanca, en el año 1586, su autor, D. Pedro de la Vezilla Castellanos, intenta en este libro dar un marco mítico a todas las leyendas que eran comunes por estas tierras. Poema épico en veintinueve cantos, Cervantes lo consideró digno de ser salvado del fuego, en la quema de libros de Don Quijote llevada a cabo por el cura y el barbero.

Campohermoso - La Vecilla

Campohermoso – La Vecilla

Escrito en octavas reales, “El león de España“ aprovecha un argumento de extraordinario dramatismo no solo para narrar una historia de rebeldía ante la opresión, del triunfo del amor sobre la fuerza…. sino para aventurar origen y raíz a los nombres de ríos y de pueblos, y entroncarlos con lo legendario. Así los personajes atienden a los nombres de Polma (Porma), Curueno (Curueño), Canioseco (Canseco), Getacino (Getino), Arbas y demás patronímicos.

La obra es un canto de lucha, amor y muerte que definió, hace ya cuatrocientos años, con la retórica propia de la época, la idiosincrasia de estos dominios, donde nunca se ha renunciado a la libertad.

La legendaria ganó aquí otras batallas, según creencia popular. Así parece aceptado que la valerosa Dama de Arintero, volviendo de la guerra, halló la muerte en la bolera de La Cándana, a manos de unos esbirros que pretendían robarle los privilegios reales conseguidos para Arintero.
No lo conseguirían, parece ser: una familia de La Cándana conserva, como oro, los pergaminos bien ganados por la doncella. Quizás tengamos modo de transcribirlos y darlos a la luz, después de que han pasado quinientos años. De cualquier modo, La Cándana adornó dos de sus casas con sendas tallas nobiliarias con la efigie de la Dama a caballo. Si allí murió, como dice el romance, allí tendrá recuerdo imperecedero.

El arte religioso

Como es habitual en las zonas rurales, el patrimonio artístico se ha refugiado en las iglesias. No hay mejor ámbito para aunar devoción y belleza.

La Vecilla

La Vecilla

Las iglesias de los cuatro pueblos del municipio debe visitarse una por una, con demorada unción y recogimiento. En todas ellas se conservan piedras centenarias, imaginería y ornamentos de singular valía. De tan vital asunto solo daremos algunas pautas:
Diremos que en la antesala de la iglesia de La Cándana se encuentran lápidas funerarias de enorme antigüedad, sacadas de su emplazamiento primitivo, bajo el altar. En la de La Vecilla – cuya obra de fábrica se data en el siglo XVIII, aunque sobre otra construcción anterior, – hay un antiquísimo crucero de piedra tosca, tallas, como la muy famosa de Santa Catalina, lápidas sepulcrales y pinturas del siglo XVI, cálices del XVII…. La segura datación de este patrimonio hace tambalearse la hipótesis sobre la fecha de construcción de la iglesia.
En todo caso, arte y belleza al alcance de todos.

Gallos, aluches, sueños

Poco diremos de los inimitables gallos de pluma de este municipio, salvo el asombro que causa a los entendidos la forma como pierden su irisación, su colorido o su tersura a medida que se alejan de este epicentro.

El famoso ´Manuscrito de Astorga´, del año 1624, que se subtitula “Libro de aderezar y adobar plumas para pescar truchas“ es el primer catálogo de mosca artificial para este arte. Aunque no cita la procedencia de las plumas, es un clarísimo antecedente de la industria secular que se implantó en estos pueblos, debido a la insuperable calidad de sus gallos de raza parda, corzuna o india. Sus plumas pueden tener destellos plateados, plomizos, avellanados, flor de escoba, aconchados o langaretos…. Todo un universo del arco iris, hecho realidad por los criadores de la zona.

En la lucha leonesa, los mozos de esta ribera pisan fuerte. Se colocan sin falta a la cabeza de las clasificaciones. Una escuela de lucha que tiene premio, al fijar la Federación Leonesa un Corro infantil en Campohermoso (el día 26 de julio) y Corro grande e infantil en La Vecilla (el día 4 de agosto). Luchar aquí es tan tradicional como en el Esla o en el Porma.

Escudo - Cándana

Escudo – La Cándana

La Vecilla fue Partido Judicial de la provincia de León, hasta la reciente reforma del sistema. Por eso su Escudo municipal figura en vidrio emplomado, en el Palacio de la Diputación.

El sueño de ser sede legal, red administrativa, archivo de catastros, se fue con los Juzgados, siguiendo los criterios actuales de la concentración. Pero otros sueños tan importantes han aflorado para sustituirlo: El que convoca la lucha diaria por industrializar la comarca, fidelizar la población, mantener escuelas e infraestructuras sanitarias, impulsar el turismo en proporción al merecimiento de estos parajes de geografía e historia inigualables.

Parecen sueños, pero están en camino. Es el nuevo modelo de libertad.