Santa Colomba de Curueño

Santa Colomba de Curueño

Al asomarnos a Santa Colomba de Curueño, cabeza de Ayuntamiento desde el siglo XIX, nos sorprende la extensa dotación de edificios civiles y religiosos que, desde épocas muy remotas, jalonan el pueblo.
Comenzamos, cronológicamente, con la existencia documentada del Castillo de San Salvador, dominando la loma izquierda del río Curueño, enfrente mismo del pueblo. Gracias a una donación de una infanta leonesa al obispo de la ciudad quedó rastro en la Diplomática, desde principios del siglo X, y concretamente, en 927. Aunque se discutió durante tiempo la ubicación de este castillo, la existencia de muros de mampostería, el foso y los restos laterales de las mazmorras y capilla del castillo, reutilizados posteriormente por la Ermita de Santa Ana, no dejan lugar a dudas.

El Castillo fue fortaleza defensiva en toda regla, a diferencia de los torreones de vigilancia que también abundaron en la zona, como es patente en Ambasaguas, La Mata y Pardesivil. Su emplazamiento le permitía, según era obligado en la reconquista, establecer señales de humo con el castillo de Aviados, que, a su vez, lo hacía con el de Peña Morquera (Valdepiélago) y éste con el de Montuerto…. todo un entramado defensivo y de vigilancia en los siglos aciagos de las razzias musulmanas. Del castillo original quedan escasos restos: vestigios de su torre noroeste, murias de piedras en desorden en un perímetro colonizado de encinas, y un foso defensivo muy profundo que aún marca huellas en el terreno. Una larga pared de la actual Ermita de Santa Ana conserva catorce aspilleras en la cara oeste, sobre el Curueño y un mirador.

Ermita Santa Colomba de Curueño

Ermita del Cristo – Santa Colomba de Curueño

Sobre este antiguo emplazamiento se levantó, como decimos, la Ermita de Santa Ana, en el siglo XVI, colonizando parte de la estructura del castillo. Sede de una Cofradía de Ánimas, con multitud de bienes por donaciones de Cofrades, entró en crisis después de la etapa de las desamortizaciones, hasta alcanzar casi la ruina, con el derrumbe de su tejado y espadaña… Las ancestrales ´Rogativas de Santa Ana´, que incluían la subida al Castillo, dejaron incluso de celebrarse, cuando pareció que el enclave estaba destinado al olvido y la desaparición. Esta penosa situación fue revertida en los años 1993 / 94, mediante una completa restauración, hasta la instalación de una campana, que tuvo lugar en el año 2000.

En su interior queda velando el recinto la imagen de Santa Ana con la Virgen Niña, de arte popular, y una inclasificable pila benditera en piedra, de muy probable antigüedad.
Hoy día, vuelve a tener lugar la romería de Santa Ana, el 26 de julio. El pueblo entero sube a la Ermita con su pendón, recuperando las tradiciones, y una brillante fiesta popular convierte el día en la manifestación municipal por excelencia: Misa, baile de dulzaineros, bocadillos, flores, juego de bolos… y otras actividades han restituido a las antiguas ´Rogativas´ todo su esplendor.

En la carretera que sale del pueblo hacia el sur hay otra Ermita antigua, del siglo XVII, dedicada al Santo Cristo. No cabe duda de que estamos en el paraíso de las ermitas, de las que en su día se contabilizaron más de diez, en solo ocho poblados.

La ermita del Santo Cristo tiene un pórtico exterior enrejado, y un suelo de cantos rodados que anticipa la belleza de su interior. Un retablo barroco del siglo XVIII es su principal atractivo, e invita al sosiego, a pie de carretera, en un paraje idílico de la anchurosa vega.
El ´Cristo´ es precisamente el titular de su iglesia parroquial, en cuyo honor se celebra la fiesta mayor del pueblo, el día 14 de septiembre, (que suele adelantarse al primer domingo del mes) con todos los reclamos lúdicos habituales : Dianas, bailes, bolos, juegos infantiles, disfraces….
La iglesia de Santa Colomba es otro edificio de enorme prestancia, que contiene tallas tan hermosas como una Virgen Sentada, del siglo XV.

Pueblo Santa Colomba de Curueño

Pueblo Santa Colomba de Curueño

Y pasando de estos hitos monumentales centenarios a la actualidad, nada mejor que sumergirse en las calles del pueblo. Allí rincones tiernos, humildes, sedimentados por los siglos, alcanzan la perfecta conjunción de la piedra y el barro, la cal enjalbegando algunas fachadas, el agua que corre presurosa por acequias que bajan a la vega, huertos perfumados de flores y hortalizas, un ritmo suave que respira la paz de lo auténtico.

Santa Colomba parece haber detenido el tiempo, por no sumarse en ningún modo a la moda enfermiza de la velocidad, y haber sabido mantener la fidelidad al entorno rural que representa. Ello no obsta para que no descuide ningún aspecto del futuro:

Una pujante Asociación Cultural (precisamente titulada de Santa Ana), cuenta con local propio y más de cuatrocientos asociados, cifra casi inverosímil en relación al censo de habitantes. Entre otras muchas actividades, edita la revista ´Curueño´, desde hace doce años, con un número anual que rinde cuenta de todos los acontecimientos que atañen al pueblo.

Bolera Santa Colomba de Curueño

Bolera Santa Colomba de Curueño

Una zona de ocio, encabezada por la hermosa bolera entre los álamos, se construyó en el Soto, rodeada de verde y agua. Es obligado en este lugar.
El municipio se dotó de una moderna Casa Consistorial, que sustituyó a la anterior en el año 1993, así como de escudo propio. Fue aprobado en el año 1992. Consta de ocho roeles o círculos, que representan sus núcleos de población, así como un cauce o ribera de río. Heráldicamente se define como

ESCUDO CORTADO. 1º DE AZUR, FAJA ONDADA DE PLATA. 2º DE PLATA, OCHO ROELES DE AZUR COLOCADOS CUATRO, TRES Y UNO. AL TIMBRE CORONA REAL CERRADA.

Santa Colomba de Curueño tiene un pasado de historia y religiosidad. Tiene además un futuro garantizado, por el empeño de sus vecinos, la belleza de su entorno y el talante acogedor de sus gentes. Nadie aquí podrá sentirse forastero.