Una rara belleza se expande en el ambiente, al avistar este pueblo asentado en el camino de la Collada de Busticésar, que da al terreno de La Mediana, sobre Canseco.
El firme del camino con su capa de asfalto en precarias condiciones no consigue olvidar la primitiva ruta enlosada, que ascendía el valle, camino de Redilluera, para salvar el desnivel de esta cuenca del río Labias, por la senda d
e prados Cubillos, que se encamina a La Collada.
Por el sur flanquea el paso la espina de Bodón, que últimamente se ha poblado de pinos hasta la altura de la caliza. Paisaje casi alpino, lleno de cuevas míticas, fuentes y correntías de agua, al que la repoblación forestal dulcifica, corrigiendo a toda prisa la tala de árboles ocurrida en la lejana época de la romanización.
Llamazares está situado a 1.280 m. y solo dista 3,0 kilómetros de Lugueros, por este paisaje encantado de la umbría de Bodón.
Llegar al pueblo alegra como algo propio, por la entrañable familiaridad de sus callejas, sus casas apiñadas junto a la iglesia, la corriente del río Labias que se desliza por la vega con un suave encantamiento. Este topónimo de origen celta dio nombre al apellido de los Llamazares, presente en piedras que se reparten por el territorio. Era en el año 1309, cuando una sentencia de los jueces de Arbolio nos lo cita con la grafía de Llamaçares. El propio escritor de nuestro ´Río del olvido´ lo visitó, reiteradamente, y no sin emoción, como a la búsqueda de sus ancestros.
Los vecinos restauraron primorosamente su iglesia, que había quemado la guerra. Un empresario, curioso y emprendedor, consiguió transformar su antigua escuela del 1923, en un museo paleontológico, lleno de fósiles de antiguos seres vivos. En la vecina Sierra de Coribos habilitó a la vista una impresionante cueva de formación orgánica y origen marino, sin apoyo ninguno de las Instituciones. En ella pueden verse masas coralinas petrificadas durante un proceso superior a 200 millones de años, un espectáculo de naturaleza en plena evolución. Cueva única en su género, puede y debe visitarse de junio a septiembre, época en que las aguas se retraen y dejan al descubierto esta joya trabajosamente rescatada del olvido.
Llamazares celebra la fiesta del ´Corpus´. En su iglesia reposa la talla del Bendito Cristo de la Misericordia. Trasladada a León, en la posguerra, regresó al pueblo por presión popular.
Preside desde entonces, junto a Bodón, la parroquia de este poblado noble y entrañable.